Temari de proves selectives 2024-2025 95 No obstante, esta situación de primacía puede ceder cuando se forme un gobierno de coalición, ya que la cohesión y los vínculos de jerarquía que el Gobierno hereda del partido serán más reducidos cuanto más débil sea la mayoría parlamentaria del partido del Gobierno. Funciones del presidente del Gobierno • Dirigir la acción del Gobierno y coordinar las funciones de los otros miembros de este, sin perjuicio de la competencia y la responsabilidad de estos en su gestión. • Proponer al rey el nombramiento y el cese del resto de miembros del Gobierno. • Suscitar ante las Cortes la cuestión de confianza. • Proponer, bajo su responsabilidad (con la deliberación previa del Consejo de Ministros), la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes, y fijar la fecha de las nuevas elecciones. • Interponer recurso de inconstitucionalidad ante el TC. • Representar al Gobierno, en especial en sus relaciones con el Jefe de Estado y con las Cortes. • Convocar, presidir y levantar las reuniones del Consejo de Ministros y sus comisiones delegadas. • Dirigir las tareas del Gobierno y velar por el cumplimiento de los acuerdos. El control parlamentario del Gobierno En el Estado español, pese a la vigencia del principio de separación de poderes, existen una serie de relaciones y medios de control recíproco entre estos. Estas relaciones en un Estado de Derecho se dan, fundamentalmente, entre el poder legislativo y el ejecutivo, ya que parece condición indispensable en cualquier Estado de Derecho que el Poder Judicial actúe con independencia. En España, se defiende la coordinación y la colaboración entre el Gobierno y el Parlamento, sin establecer una separación taxativa entre ambos poderes. En primer lugar, el Parlamento interviene en la designación del presidente del Gobierno y se acepta que los miembros del Gobierno lo sean también del Parlamento; en segundo lugar, se admite la posibilidad de que el Gobierno intervenga en la función legislativa, presentando proyectos de ley y dictando normas con valor de ley, por delegación de las Cortes o en casos de urgencia. Por otra parte, el Gobierno deberá responder de su actuación política ante el Parlamento, y si este no está de acuerdo con su política, incluso puede obligarlo a dimitir. Se consagra así el principio de que el Parlamento deberá controlar y fiscalizar la acción del Gobierno. Alternativamente a este control parlamentario, se atribuye al Gobierno la facultad de disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. De todas estas interrelaciones, la que ataca de forma más directa al principio de división de poderes es la decisiva intervención de las Cortes en el nombramiento del presidente del Gobierno. En la práctica, y como consecuencia del régimen de partidos, los líderes del partido mayoritario en el Parlamento son designados para formar Gobierno, produciéndose una identificación de facto de ambos poderes.
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